jueves, 20 de octubre de 2011

La fosa

La fosa

Mir Rodríguez Corderí


¿Hacía cuánto que esperaba? Había perdido la medida del tiempo. Estaba tan acostumbrada a esperar que él viniera a verbalizar algo que ya formaba parte de su segunda naturaleza: esperarlo.
Para que dijera, para que expresara.
No usaba reloj por esa misma razón.  Era mejor no tener una noción acabada del tiempo.  Era oportuno y necesario para no sentirse utilizada y bastardeada.  En fin.  En el fondo sabía que el único que se jodía era él y sus vacíos, sus desapariciones, sus ingentes ganas de morir reiteradas en cada gesto, en toda ausencia, en esa fina forma de decir NO ME IMPORTA.
Ella sabía que la única pala en todo el planeta la tenía en su mano.  Comenzó a cavar la fosa.  Una bien amplia para que él no se enterara que estaba siendo enterrado después de un largo velorio.
Eran los últimos días de octubre.
Cuando tiró el último gramo de tierra encima de él, supo que era libre.
Un cielo nublado y nocturno le anunciaba lluvia. 


- Va a sentirse mojado, quizás hasta  friolento, seguramente incómodo -
pensó ella sin dejar de estremecerse ligeramente. 


  - Pero feliz - se dijo para sí.  
Y sonrió por primera vez en los últimos casi 4 años.

8 comentarios:

Ángel Saiz Mora dijo...

Esa felicidad, que no nos falte, igual que tus letras.
Un abrazo

MIRTA CRISTINA RODRIGUEZ CORDERI dijo...

Abrazote de osa para mi lector más conspicuo y favorito: Ángel Saiz
Mir

Toni Negre dijo...

Entretenido relato de corte negro. Admiro la capacidad de síntesis. Enhorabuena.

Alfredo Cernuda dijo...

Hay muertes que alegran la vida. Y este relato corto e intenso lo demuestra. Un fuerte abrazo, Mir.

Pedro Alejandro Iñigo Espinosa dijo...

Hay venganzas que son justas sentencias seguidas de su correspondiente pena. Luego queda la satisfacción de haber recolocado las cosas. (¿por cierto, al enterrarlo, estaba muerto?)

guerrero9 dijo...

Así se debe hacer con todo lo que nos intoxica y como dice la canción , debemos preferir el odio a la indiferencia

Ramon Ramonet Riu dijo...

Felicidades! Me ha gustado ahora mismo que lo he descubierto (3-1-15).
Vale Feliz Año nuevo!!
Por cierto hoy yo promociono esta reflexión mia con la que terminará el video que pondré en Youtube esta semana:
EL VERDADERO PODER

No se consigue acumulando dinero ni influencias. La persona de verdad poderosa, paradójicamente es incapaz de comprometer a nadie, y menos perjudicar a otros en beneficio propio.

Son métodos inaceptables; y sobre todo, no son las directrices adecuadas para lograr una mejor Humanidad. Todas las personas, con moderación y equilibrio, deberíamos configurar su más digno futuro.

Para hacer visible su genuina idea, y para que sirviese de útil instrumento, los sacerdotes ubicaron otra pirámide a una distancia adecuada, también para recordarnos que nuestra verdadera realidad es espiritual.

Dos Mentes, Idea y Media dijo...

Bienvenido a mi blog, Ramón Ramonet Riú
Tu presencia parece un regalo anticipado de Reyes.
Un abrazo de osa.
MIR